El objetivo en el que me centraré en el presente escrito será estudiar la manera de conseguir que el cambio generacional en una Empresa Familiar (en adelante EF) se produzca de forma viable y eficiente. Para ello se darán una pinceladas sobre los temas a tener en cuenta.
La principal barrera de esta operación la encontramos en el elevado coste fiscal inherente a ella, sobre todo en la elevada carga tributaria que supone el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. La LISD introduce un importante beneficio fiscal para estas entidades, concretamente una reducción del 95% en la BI de este Impuesto, eso sí cumpliendo una serie de requisitos previstos en esta Ley.
Por otro lado, cobra una gran importancia tener una correcta planificación de la EF, ello a través de la elaboración de un Protocolo Familiar, donde se establecerán las pautas a seguir. Dentro de estas pautas, la más importante para nuestro objetivo de pervivencia, será la reorganización del entramado empresarial, a través de la constitución de una sociedad Holding, de la cual serán dependientes la o las distintas EF´s, así como el patrimonio familiar.
El protocolo nace de la esencia de las relaciones familiares y las refleja, por lo que la cuestión del consenso es clave. El protocolo familiar no se puede imponer. En los casos en que se opta por esta vía, no funciona porque en lugar de favorecer las relaciones de confianza, que es precisamente para lo que está concebido, generará actitudes individualistas y falta de compromiso con unas reglas de comportamiento con las que uno no se siente identificado.
La pregunta que nos hacemos es:
¿Qué debe contener un protocolo familiar?
Los contenidos mínimos que debe contener son a modo de ejemplo que relaciones económicas y profesionales de los socios o miembros de la familia, de qué manera se va a producir la entrada o salida de nuevos socios, cómo se gestiona y organiza la operativa del día a día en el negocio, es decir, quién asume cada rol y qué salario va a percibir por desempeñarlo, cuáles van a ser los órganos de gobierno, quién participa en ellos y de qué manera, cómo se va a designar al sucesor y qué criterios debe cumplir en cuanto a formación, experiencia y capacidades, por último que sanciones se adoptarán si no se cumplen las normas establecidas y acordadas entre todos.
Teniendo claros estos contenidos, cada familia deberá elaborar y consensuar un protocolo propio y adaptado, que cubra las principales incertidumbres y contribuya a crear un ambiente de seguridad y confianza entre los socios de la empresa.
Si estás pensando en la forma de realizar una transición que permita la supervivencia de tu empresa, ponte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de atenderte y revisar tu caso.